Sentirse híbrido en momentos donde la esencia parece
esfumarse,
mientras atraviesa lo eterno del cuerpo y su alma que lleva
por dentro.
No habitar, mejor dicho, habitando lejos..
Por fuera, mirando como crecen las esencias de lo hermoso de
ser,
de existir en un grito proveniente de lo oscuro de la
habitación
iluminado por la única ventana viviente
que vegeta en los pasos dados en el aire
por y para nadie.-