¡Cuántas fueron las veces que me enamoré!
Tantas otras las que te admiré.
¡Y cuántas fueron las horas que descansaba en tu regazo,
llorando mis soledades!
Todavía recuerdo los instantes
en que mi mediocre humanidad danzaba a tu alrededor.
Tierna y dulce Aurora, enamorame una vez más.