ESTOY ENAMORADO DE VOS.

Y mientras mil volcanes hacían erupción al mismo tiempo dentro.-

-.Ave C Es.-

Si cuento las lunas que fueron testigo de mis sueños
(acantilados, estrellas, aire, cielo, mar, agua fueron testigos)
dan las marcas en tu espalda.
y los lunares en tu pecho,
en tus piernas,
en tus dedos.

Ese astro LUNAtico,
vos y yo
yo y vos
nosotros...
hijos sabios de lo que no sabés
y solo ella entiende.

Termina diciendo...

El viento chocando en mi cara coincide con el vuelo de una sucia paloma cruzando la calle y el por que de mi existencia. Partículas de aire que se pegaron a mis pupilas como mosquitos en un ventanal.

Zumba en tu cabeza y no te deja dormir.

In existencia

Volveré a susurrar las palabras que gritan las estrellas cuando no estás.

Callan y hablan simulando despertar,

se agazapan en mi vientre con los ojos hacia el mar,

escupiendo el alma en soledad.

Semilla del árbol que crece en el desierto

en un minúsculo asteroide que viaja a millones de años luz.

Su despertar, el mío y el tuyo.

Lo nuestro que nunca existió y los trazos que sabían la verdad.

Existir como el gusano en la puerta

como el cauce en la ventana

y más palabras que aún no se inventaron.

Vuela con trozos de papel a su lado

da vueltas sin parar

buscando llegar a lo que nadie sabe pero que en busca están.

La lista es extensa y mis días también.

Neutra

Neutra.
y asi puedo repetir...
blanco, agua, aire y por qué no fuego.
Un ocho, un dos y más números ahí.
Porque un vacío repleto de nada,
pero a la vez

todo

y al minuto siguiente
si es que existe el tiempo en este lugar,
suena un teléfono.
Se ahoga el habla. Glup!

Salta las baldosas que alguna vez en alguna letra nombré
como así los abismos de los que una vez te conté.

Pasión de hacer el ser que una vez nombré y todavía espera sentado en una roca al costado del río mientras él también ríe. Esperando su despertar...ya perdí la cuenta de sus asesinatos.
Siendo suicida nace cada vez que lo sueño.

Otro paisaje.
Una hormiga que toma el té.
Otra mujer.
Un vaso que rebalsa en el asiento de atrás.
Otra mano.
Un brazo que se pierde entre las nubes.

Mi levedad y el peso de mis pies al caminar.

Cuentan Felices los Cuentos

Ni aquí ni allá.